Casarse con el CEO
Alice Gardner era una mujer trabajadora que estaba raspando el fondo del barril. A pesar de querer disfrutar de la vida, Alice se vio obligada a trabajar en empleos mal pagados para ganar dinero para la cirugía de su hermano pequeño, pero fue en vano. Alice necesitaba dinero y lo necesitaba rápido. De lo contrario, perdería a su hermano. Entonces, cuando una oportunidad única en la vida se presenta en forma de anuncio en un periódico, Alice aprovecha la oportunidad.
Gideon Maslow es el propietario del imperio empresarial más grande del mundo, Maslow Enterprises. Es despiadado y tiene el poder de destruir a cualquiera con solo un chasquido de sus dedos. En su círculo, es considerado como Realeza Oscura. A pesar de tenerlo todo, lo que quería era un heredero, que heredaría su imperio llegado el momento. Así que realiza entrevistas para encontrar a la esposa perfecta que le dará un heredero.
Cuando Alice deja Maslow Enterprises, piensa que nunca volverá a ver a Gideon Maslow, pero sus creencias se hacen añicos cuando vuelve a ver a Gideon y se da cuenta de que Gideon Maslow no tiene intención de dejarla ir.
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Crucé mi pierna derecha sobre la izquierda, mirando el reloj que me decía que había estado sentado aquí por una hora. Agarrando mi archivo con mis manos, esperé mi turno para ir a la oficina del director ejecutivo para mi entrevista. Pero cuando miré a mi alrededor, tomando nota de casi cincuenta mujeres sentadas esperando su turno, supe que pasaría mucho tiempo antes de que me permitieran entrar, lo que no ayudó a disminuir mi ansiedad en lo más mínimo. Necesitaba terminar esta entrevista lo más pronto posible, mi hermano pequeño estaba en casa, solo, lo cual no era ideal para su condición actual, y necesitaba ir con él.
La puerta de la oficina del director ejecutivo se abrió y una mujer de cabello rubio salió llorando a mares. Su rímel se deslizaba en finos chorros negros mientras sus ojos grises estaban inyectados en sangre. Sin decir una palabra, la mujer irrumpió hacia el único ascensor que estaba presente en el piso y pulsó el botón de llamada repetidamente hasta que llegó el ascensor. Al entrar en el ascensor, su existencia se desvaneció cuando las puertas se cerraron.
"Número veintisiete, Sra. Hannah, el Sr. Maslow la verá ahora", dijo la señora de la recepción en un tono monótono.
Una dama de cabello negro azabache con ojos verdes de gato se puso de pie con gracia y alisó su ya liso vestido rosa. Con una sonrisa seductora, se pavoneó confiadamente dentro de la oficina. No entendía cómo no se congelaba con ese vestido tan endeble.
Mi confianza flaqueó por vigésima séptima vez cuando vi a otra hermosa mujer ir a su entrevista. A pesar de que no tenía absolutamente ningún interés en el hombre mismo, estaba interesado en lo que estaba ofreciendo. Dinero.
Gideon Maslow era dueño del imperio empresarial más grande del mundo, y era la definición de rico, era prácticamente realeza. No había nada en este mundo que el hombre no pudiera comprar. Era dueño de cinco islas privadas y planeaba comprar una de las Bahamas; algo que llegué a saber después de investigar un poco sobre él cuando vi el anuncio en el periódico.
Fue solo otro día cuando estaba escaneando el periódico en busca de un tercer trabajo, cuando me encontré con un anuncio inusual.
